Los molinos de Acea De Ama Se presentan ante nosotros como testigos del esplendor económico de la zona durante la Edad Media. El nombre del lugar donde fueron situados quedó marcado por los mismos ya que Acea, segundo la RAG (Real Academia Gallega) significa molino, situado en una ría en este caso, y Ama sería el nombre con el que se conocería antiguamente a la ría. Se trata de un conjunto de molinos de marea, los más antiguos que se conservan en Galicia
Su construcción data del siglo XII, y durante nada menos que 800 años estuvieron en funcionamiento. Construidos por el Monasterio de Sobrado, que en la época poseía una gran influencia, la instalación de molinos era una manera de control para campesinos, que tenían que pagar elevadas tasas para hacer uso de los mismos. Aunque la mayoría de los molinos eran controlados por señores feudales y monasterios, también existían algunos pertenecientes a pequeñas comunidades de labradores. Está documentado un incremento de actividad después del descubrimiento de América, en 1492, debido a la necesidad de abastecimiento que precisaban los navíos para sus largas travesías cara el nuevo mundo.
Es la industrialización, ya en el s.XIX, la que provoca que los molinos de marea queden en desuso. En su lugar se instalan 3 molinos de vapor, con una gran chimenea. La evolución de esta pieza etnográfica seguirá su curso y en el siglo XX el antiguo alcalde y dueño de los mismos, Andrés Pan Camino, intenta poner en funcionamiento una fábrica de harina, utilizando lo que posteriormente sería el edificio de Servicios Múltiples. Sin éxito empresarial, los molinos finalizan en manos del Ayuntamiento que los convierten en museo, con la sala de exposiciones “Xosé Rey Lago” a su lado, escultor de hierro y metales, cuyas obras están presentes por todo el ayuntamiento.
El funcionamiento de los mismos era sencillo: el agua quedaba estancada en una presa con el subir de la marea y cuando estaba llenaba, se cerraba. A continuación, el agua era canalizada por los conductos de los molinos y con eso se movían los rodicios, estos a su vez movían el eje y por último echaba a andar el mecanismo que molía el grano. A mayor capacidad de la presa, mayor capacidad de trabajo del molino. Unas de las características más valoradas de este tipo de mecanismos, en comparación con los de río o viento, es que había asegurado su funcionamiento durante unas horas al día todos los días del año, puesto que las mareas están en movimiento continuo.
Los molinos llegaron hasta nosotros como testigos de la existencia del Burgo de Faro, esa antigua villa que llegó a tener un poder mayor que el de la ciudad de A Coruña, y que vio en el siglo XII su esplendor. A lo largo del museo dedicado al arte de los molinos, con paneles explicativos puede llegar a entenderse estos sencillos mecanismos tan propios de nuestra tierra.
Avda. Acea De Ama, s/n
15670 O Burgo (Culleredo)
Teléfono: 981 665 597
Horario: Apertura bajo cita previa a grupos.
Coordenadas:
43°19’07.5″N 8°22’17.5″W
43.318758, -8.371525
