La Sociedad Anónima Cros, fundada en 1904 en Barcelona, decide en 1931 instalar una de sus plantas en O Burgo con el objetivo de fabricar fertilizantes destinados al mercado regional.
En sus primeros años producía superfosfato de cal, un fertilizante muy empleado en Galicia fabricado a partir de materias primas como la pirita, que llegaba de Huelva, y los fosfatos importados de Marruecos y Túnez.

En los años 60 del siglo XX reorienta su producción hacia los abonos complejos y a la fabricación de ácido sulfúrico y otros aditivos para la industria conservera.

Estuvo en funcionamiento hasta los años 80 del siglo XX.

Ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XX, la majestuosa estructura de las tres grandes naves de la fábrica es un elemento indisoluble del paisaje del paseo marítimo de O Burgo.
En la última década del siglo XX se plantean los primeros proyectos para la recuperación de los edificios vinculados a la fábrica. Una parte de los terrenos se destinó a la construcción de vivienda y la otra se recuperó como un gran parque público. 


Además de la estructura rehabilitada de la fábrica, del complejo de Cros se conservan otros edificios de interés arquitectónico, como las oficinas, el edificio de la báscula o la vivienda del director, que se han incorporado al patrimonio municipal y acogen distintos servicios o son sede de entidades locales.